Esta ha sido mi primera experiencia con los sisones y debo reconocer que ha habido resultados dispares, desde sesiones verdaderamente de mucha espera y poco resultados hasta una única con estas imágenes como premio a las largas sesiones de observación.
Lo positivo, la experiencia acumulada para otros años, así que ya estoy deseando la llegada del próximo curso sisonero para volver a estar con ellos.
He comprobado que tienen una zona que recorren todos los días, pero de todo este territorio, hay un lugar que sobresale del terreno, al cual dedican más tiempo a demostrar su elegancia con reclamos sonoros y con pequeños saltos.
Aquí se puede observar una pequeña elevación desde donde reclama la atención de las hembras.
Cantos cortos audibles a cientos de metros, se intercalan, al amanecer, con pequeños vuelos.
Sobre esta imagen, este macho recela por el obturador de la cámara (que ya podían sacarlas sin sonido para el mundo de la fotografía de naturaleza)
Esta es la típica imagen que todos deseamos conseguir cuando dedicamos nuestro tiempo a fotografiar estos individuos. Para el próximo año mejores luces y de diferentes posiciones.
