miércoles, 21 de enero de 2015

RUTA OLIVENZA-SAN RAFAEL-SAN FRANCISCO: conjugación de dorados y verdes.

Puente que une Olivenza-Badajoz.

Deambularemos por una ruta de 30 kilómetros, que se caracteriza por presentar una diversidad de entornos: dehesas, paisajes de rivera y espacios pseudoesteparios; que a la vez, alternan con zonas agrarias tanto de secano como de regadío; es por lo tanto, un recorrido con una gran variedad de ecosistemas. Esta importante característica nos permitirá disfrutar del itinerario en el que el placer del deporte se conjuga con la biodiversidad que habita en el medio ambiente.
En lo referente al patrimonio rural descubriremos los característicos cortijos extremeños, huertas presididas por sus típicas entradas, granjas familiares, canteras y hornos de cal.
Es un trayecto que presenta grandes cambios de nivel en el que se hace muy exigente la conducción de la bici, si optamos por este modo de realizarlo.
            Empezaremos desde el aparcamiento del campo de fútbol municipal de Olivenza, desde aquí tras un kilómetro por la carretera de Badajoz y a la altura del polígono industrial de Ramapalla, tomaremos el esperado y deseado camino de tierra donde nuestra bicicleta se encuentra en su estado natural. A poca distancia, vamos a cruzar el arroyo de la Parda, así llamado porque según cuenta la leyenda por allí campeaba una loba de ese color.
            Empezamos un ascenso de nivel moderado, pasando en torno a un cortijo que nos despide hasta alcanzar la cota de 260 metros; una vez aquí, comenzaremos el descenso que nos transportará hasta San Rafael. Durante este tramo, circularemos paralelos al arroyo de san Andrés; dándose la paradoja de que compartiremos, en un centenar de metros, parte de su cauce.
            Una vez llegada a esta localidad y tras realizarle una visita, retornaremos a nuestro recorrido; que ahora, se hará compañero del canal de aguas procedente del pantano de Piedra Aguda y que sirve para abastecer a los terrenos destinados al regadío que pertenecen a estos pueblos del Plan Badajoz.
            Continuando con este trayecto, pasaremos alrededor del cortijo Pel Preta, y a poca distancia de él, cruzaremos el arroyo que recibe este mismo nombre pero con terminología en castellano, Piel Preta.
Alcanzamos un momento peligroso; ya que, deberemos atravesar la EX-107 que presenta una gran densidad de vehículos; tras rebasarla, retomaremos la tierra.
            Llegamos al kilómetro octavo donde es aconsejable, por su belleza, ir en dirección a la rivera de Olivenza. Abandonamos el canal de aguas y tras llegar a una báscula de pesaje y salvar la vía que va a San Francisco, nos dirigiremos al puente de la antigua pista Badajoz-Olivenza, construido en 1841 y que dispone de 7 ojos. No lo cruzaremos, ya que ahora toca disfrutar durante 4 kilómetros de este corredor fluvial que nos llevará hasta San Francisco; sus márgenes, de gran riqueza floral, albergan una variada ornitología; además, en otoño los tonos ocres adornan aún más este tramo.


Camino que bordea la rivera de Olivenza.
Sobrepasaremos el kilómetro 12 donde se encuentra la cota más baja de este itinerario. En este punto y a nuestra izquierda, alejándonos de la cuenca fluvial, sale un sendero que nos llevará hacia la pedanía de San Francisco; aquí tras la visita a esta aldea, volveremos a la ronda Badajoz, que nos llevará de nuevo a nuestro camino; estamos ya a 14 kilómetros de nuestro punto de inicio. En esta distancia nos encontramos con una bifurcación, deberemos tomar la de la derecha, donde se nos abre una fuerte inclinación del terreno donde el generoso esfuerzo nos permitirá superarla. Siguiendo con nuestras pedaladas, pasaremos bordeando dos cortijos.

Restos de la ermita visigoda.
 Es importante destacar que cerca de este punto kilométrico, a unos doscientos metros, encontramos los restos de una ermita visigoda datada en la Alta Edad Media, emplazada en la finca denominada Valdecevadal. La iglesia muestra planta de cruz griega, de escasas dimensiones, cuyos brazos tienen una longitud de 18 metros, de muros hechos con enormes piedras. Presenta un ábside en forma de herradura. Este se separa del resto de la nave con un escalón y, a sus lados, soportando el arco, se especula que se alzaban columnas. Esta construcción de Valdecevadal posee una única puerta de acceso en el extremo Sur del crucero, rasgo atípico en una iglesia por otra calificada como visigoda.

 
Atardecer entre los restos visigodos.
Esta zona está claramente dominada por la agricultura de secano, donde campean el elanio azul, el aguilucho cenizo y el cernícalo primilla, presentes aquí para otear el suelo y hacer presa a roedores e insectos; siempre tan nocivos para los cereales allí cultivados.
Nuestra senda nos lleva a una zona adehesada, equilibradamente explotada por ganado vacuno. Alcanzamos los 268 metros de desnivel con respecto al mar, es el punto más alto de nuestra ruta; que nos reserva, camuflados por el devenir de la historia, los restos de una cantera y hornos de cal, ya en desuso.
            Tras el esfuerzo, la relajación; empezamos una pronunciada bajada con la presencia en el horizonte de la población de Olivenza.
            Sobre un puente, cruzaremos el arroyo de la Charca; donde, los fresnos y chopos plantados por el grupo ecologista GEO rosa de Alejandría adornan el cauce y dan cobijo a una gran variedad de especies como martines pescadores, oropéndolas, picos picapinos...
            Continuando con el sendero, nos encaminamos hacia la carretera EX-105 que nos guiará hacia nuestro punto de destino; el aparcamiento del campo de fútbol.
Hemos recorrido 30 km. 


 
Camino ideal para paseos en otoño.