martes, 18 de diciembre de 2012

BOSQUES Y MATORRAL MEDITERRÁNEO



Bosques y matorral:
           

El término matorral hace referencia a un tipo de vegetación adaptada al clima mediterráneo, capaz de soportar periodos de sequías y elevadas temperaturas. Esta vegetación se encuentra adaptada a un tipo de clima caracterizado por unos inviernos templados, otoños y primaveras con abundantes precipitaciones y veranos elevadamente secos; que hace que estas plantas tengan unas características en común como poseer un tipo de hojas pequeñas, esclerófilas y perennes. 

 

Este tipo de ecosistema se caracteriza por poseer un sotobosque leñoso, espinoso y aromático, donde podemos observar especies como la coscoja, espino alba, peruétano, acebuche, aladierno, romero, tomillo, cantueso… mientras la zona arbórea está representada por la encina y el olivo. 

 

En estos enclaves viven una gran cantidad de animales, que aprovechan la fronda para protegerse, elaborar sus nidos o tomar el alimento. Así de sus semillas se alimentan pinzones, escribanos, jilgueros, verderones y pardillos; los pequeños invertebrados, son el sustentos de papamoscas, ruiseñores, currucas y alcaudones; las hierbas, sostén para  conejos,  liebres y animales domésticos; los pequeños  ratones, musarañas y lirones, se sienten observados por rapaces como los milanos, ratoneros, águilas calzadas y  culebrera que ante el menor descuido entran a formar parte de su dieta y  en lo más intrincado de la espesura del bosque mediterráneo se refugian los grandes mamíferos, que se encuentran en la cúspide de las cadenas alimenticias, como jabalíes, tejones, garduñas, jinetas, zorros y comadrejas.

 

Este tipo de vegetación nos produce grandes beneficios ya que protege el suelo fértil contra la erosión. Tiene un valor económico apreciable ya que sirve de alimento para el ganado (cabra, ovejas y vacas); en ella se desarrollan plantas aromáticas, como el cantueso, el tomillo, el romero, la mejorana y el orégano, alguna de estas plantas son utilizadas para la gastronomía; otras como la manzanilla, el hinojo, la mejorana y el hipérico tiene una función terapéutica; la floración escalonada en el tiempo, de los diferentes arbustos, sirven como reclamo para los insectos, entre ellos las abejas, que son aprovechadas como recursos para la apicultura; con una gestión adecuada también puede destinarse a la actividad cinegética (conejos, liebre, perdiz roja, zorzales, jabalíes…).Bien cuidadas, las zonas de matorral puede ser un apoyo para pequeñas economías rurales, siendo éste un motivo más, para protegerlo y conservarlo.

 

Este monte representa un 2 % de la vegetación de nuestro municipio. Las zonas más esplendidas para perderse en estos bosques mediterráneos se dan en la sierra de Alor y sierra de Monte Longo (zona LIC), también se encuentran representados en la sierra de las Puercas y sierra de las Matanzas. 

 

Otro tipo de bosques son los denominados de galería, perfectamente representados en algunos márgenes del río Guadiana y por el tramo de la rivera de Olivenza que va desde el muro del pantano de Piedra Aguda hasta la desembocadura en su río madre; es en ese recorrido donde, de manera apiñada, aparecen especies frondosas que luchan por la luz. Encontramos una gran variedad de especies: chopos, sauces, fresnos, adelfas, zarzas, olmos, juncos,.. Es una exuberante vegetación en la que nuestras aguas son las únicas capaces de abrir un camino por este intrincado ramaje. Estos lugares son de gran relevancia desde el punto de vista faunística, pues aquí se cobijan una esplendida variedad de especies, desde invertebrados a peces, aves y mamíferos. Se convierte por lo tanto en unos lugares con encanto para el paseo y la observación. Son estos bosques unos remedios eficaces para evitar la perdida de suelo fértil provocado por las avalanchas o crecidas del agua. Este tipo de bosque representa un escaso 0,02%.

 

Otra especie que coloniza nuestros márgenes acuáticos son los eucaliptos que representa un 0,35 % del total de los bosques. Hace 40 años empezó la expansión del cultivo por toda la Península Ibérica.  Se vendió como la panacea rentable, una especie forestal de rápido crecimiento productora de abundante pasta de papel frente a la lentitud maderable de robledales y encinares. Lejos de ser bosques, en realidad son enemigos del bosque dado su altísimo impacto ambiental y paisajístico. La extensión masiva de este árbol ha provocado una seria pérdida de  biodiversidad, que además degradan el suelo y reducen la disponibilidad de agua.