miércoles, 26 de diciembre de 2012

AVES RAPACES NOCTURNAS



Existen unos rasgos que caracterizan a estas especies, el más notable es su capacidad para la caza nocturna, para ellos están dotados de  unos grandes ojos orientados hacia delante y unos finísimos oídos que están ocultos bajo el plumaje; que no debemos confundir con unos penachos, que algunas especies tienen sobre la cabeza haciendo de falsas orejillas. Esto, unido a que poseen unas alas grandes y redondeadas con el filo del plumaje desflecado con el fin de reducir el sonido producido en su vuelo, hace que las presas los detecten. Sus picos  y garras están muy afilados y son muy fuertes.

La caza nocturna la perpetran mediante la técnica del acecho; la localización de las presas las realizan por el oído y con un vuelo silencioso y corto les permiten obtener  grandes resultados. Se alimentan de capturas vivas, tales como pequeños micromamíferos, pajarillos, insectos, anfibios etc. Los devoran enteros o en trozos y posteriormente regurgitan aquellas partes, que no son capaces de digerir, en formas de bolas llenas de pelos, huesos y exoesqueletos de invertebrados, denominadas egagrópilas.

Son bastantes desconocidas para el grueso de las personas, ya que la noche no se presta al paseo; situación que tiende a cambiar, ya que cada vez son más las caminantes y ciclistas que eligen estas horas para desarrollar sus aficiones. Estos deportes, pueden verse recompensados al escuchar en la noche la cantinela del autillo en su época de celo,  el mochuelo reclamando su territorio y el canto del búho real desde su posadero, que convierten la oscuridad, en uno de los mejores espectáculos nocturnos.

            Entre las especies que podemos localizar en nuestro municipio, están: lechuzas comunes, lechuzas campestres, búhos reales, búhos chicos, cárabos, autillos y mochuelo. No existen estimaciones sobre el estatus de estas rapaces nocturnas. Reseñaremos algunos datos sobre sus hábitos, morfologías y localizaciones.

            Las lechuzas son conocidas vulgarmente en este municipio como corujas. Su hábitat se encuentra en los terrenos incultos, en las casas altas de Olivenza y en todas las aldeas, así como en los cortijos abandonados. Suele evitar los encinares y se le ve asociada a los campos agrícolas. La base de su dieta es el ratón, estimado en un 90 %. Son muy prolíficas llegándose a contabilizar nidadas de hasta 7 y 8 huevos. Las principales causas de mortandad son las electrocuciones, los atropellos y la perdida de nidos por las demoliciones y las rehabilitaciones de edificios. Como dato anecdótico, cabe reseñar que en verano nos visitan todas las noches en “El Paseo” de Olivenza, ya que vienen a buscar en las palmeras, que rodean este lugar, parte de su dieta; por que saben que aquí, duermen grandes bandos de pardales. 

 
            
         El gran duque, el búho real, la mayor de las rapaces nocturnas, cría en los roquedos y en los grandes árboles con oquedades. Tiene una variada base alimenticia de la que podemos citar: conejos, aves rapaces diurnas y nocturnas, zorros y gatos domésticos asilvestrados. Ponen entre 2 y 4 huevos entre mediados y finales de febrero. Las amenazas principales son: las electrocuciones, la caza ilegal, el envenenamiento y la disminución del conejo.


            El mochuelo es por todos conocidos, pues es observado en los edificios y parques de Olivenza (estación de autobuses, parque Pintasilgos, Puerta del Calvario) y  pedanías; acechando siempre, desde mediados de primavera hasta final del verano, a los insectos que buscan las luces de las farolas. Su alimentación está compuesta básicamente de micromamíferos, insectos y reptiles. Cría en los huecos de los árboles, paredes de piedras y casas abandonadas. Las principales amenazas son el uso de plaguicidas y los atropellos en carreteras.


            Los cárabos son típicamente forestales. Crían en los huecos de los árboles con una puesta de entre dos y cuatro huevos. Para su conservación son aconsejables las cajas anidaderas ya que aceptan muy bien estas construcciones artificiales. Su alimentación es muy diversa incluye aves de tamaño medio, pequeños mamíferos, batracios, reptiles y lombrices.

            Observando la dieta alimenticia de estas aves rapaces nocturnas, cabe resaltar el alto valor que supone tener cerca de nosotros a estos predadores; pudiendo afirmar, que donde se han observado a estos individuos, se ha constatado grandes beneficios a la agricultura, ayudando a la eliminar plagas de insectos y roedores.