Jabalíes, mamífero cada vez más abundantes, se mueven entre las fincas destinadas a cotos con cierta confianza, hasta que llega el periodo de caza.
Es con el primer disparo cuando rompen en sus carreras las jaras del bosque mediterráneo; y con el primer disparo ya sabemos, nosotros los fotógrafos, que no tendremos un domingo tranquilo dentro de nuestros aguardos.
En esta sesión iba montado en coche y desde diferentes caminos conseguí realizar una serie de fotografías a estos individuos, mostrando diferentes actitudes en función de su olfato perfectamente desarrollado, no así su vista.
Sobre estas líneas podemos observar una posición de alerta
Actitud tranquila, no había sido detectado.
Olisqueando el aire, nuestra presencia fue descubierta antes por el olfato que por la vista.
Un perfil particularmente noble, el último. Para que luego se hable de ellos como de vulgares... cerdos. Abrazos.
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