sábado, 10 de junio de 2017

UNA FAMILIA DE LIRIOS


           En la sierra de Alor podemos encontrar:

NOMBRE COMÚN
NOMBRE CIENTÍFICO
Gladiolo silvestre o lirio de San Juan
Gladiolus illyricus
Gladiolo de campo
Gladiolus segetum o italicus (sembrados)
Mazuca, patita de burro
Iris sisyrinchium
Lirio de invierno
Iris planifolia
Lirio español
Iris xiphium
Lirio hediondo
Iris foetidissima

Romulea bulbocodium o/y columnae

Es una de las familias de flores más abundante y estudiada de nuestro planeta, estimándose una diversidad de 2000 especies, que se dan en zonas templadas y cálidas.
El origen de su nombre científico se remonta a 1753, cuando Carlos Linneo viendo el extenso colorido de sus especies lo nombró como la diosa griega Iris (ella es la personificación del arco iris que anuncia el pacto de los humanos y los dioses y el fin de la tormenta)
Estas hierbas se caracterizan por la belleza rojiza  y azulona de  sus tépalos. Las flores de la mayor parte de las iridáceas son grandes y llamativas. Por lo que es fácil ver algunas especies cultivadas en jardines.
Se puede definir como unas plantas herbáceas y perennes provistas de rizomas o bulbos, ricos en sustancias que le sirve de reserva, de los que parten los tallos.
Estos individuos son polinizados por diversos órdenes de insectos, en concreto por abejas y moscas. Los suelen atraer con una  recompensa floral a base de néctar o polen. Sus semillas son dispersadas por el viento.
Se pueden localizar en una gran variedad de ecosistemas: pastizales, matorrales, bordes de caminos, dehesas y sembrados, y tanto  en zonas de umbría como de solana.
Las especies presentes en nuestra sierra de Alor se adaptan a nuestro climas estacionales; que tienen un período de pronunciada sequía (verano) o frío desfavorables (inviernos) para el crecimiento vegetal y durante el cual las plantas permanecen latentes; no obstante, el Iris planifolia tiene su etapa de desarrollo en invierno, este lirio se ha adaptado especialmente al periodo del frío. Por esa razón, nuestras iridáceas son de hoja caduca ya que sus partes aéreas (hojas y tallos) se secan cuando el bulbo entra en letargo. Estas plantas sobreviven así  en épocas que no son favorables para el desarrollo, protegiéndose bajo el suelo.

Viendo sus especiales características, es fácil deducir que debemos conservarlas, evitando que sean arrancadas o cortadas para servir de adorno en nuestros hogares y arriates, convirtiéndose en una belleza efímera. Por lo que, por su delicadeza, no voy a indicar lugares con más concreción; y así permitir que las generaciones venideras puedan seguir disfrutándolas como nosotros lo estamos haciendo. 

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