La noche es de Diego Corriente.
Todos los que habitamos en los entornos de la Sierra de Alor, alguna vez
hemos escuchado hablar de Diego Corrientes, famoso bandolero, al que se le
acuñó la expresión “robaba a los ricos para dárselo a los pobres”,.
Ya desde niños vivíamos y jugamos entre
matorrales a ser un poco salteador, claramente influidos por las leyendas que
nos contaban nuestros abuelos en torno a una chimenea alentejana. Imaginábamos
que en cualquier rincón de la
Sierra de Alor, en el que nosotros nos escondíamos, podía
haber sido utilizado por este popular forajido. El punto culminante de nuestras
correrías era el día en el que visitábamos la casa de Diego Corriente, donde él
escondía sus caballos o vivía con su novia; la cual la considerábamos como uno
de los personajes menos querido de su historia, junto con los que debieron dar
la orden de apresarlo y ajusticiarlo.
Su guarida es una casa de construcción simple,
consiste en una única habitación que serviría de dormitorio, cocina y almacén.
Tiene una chimenea del tipo alentejana, al fondo de la “cueva”; con unas
alacenas tanto al lado de la chimenea
como cerca de la entrada; que supuestamente, él utilizaría como despensa de
alimentos y como depósito de municiones y armas. El techo es una bóveda de poca
altura recubierta de cal. En su exterior el tejado está revestido de tierra
para camuflar más este lugar, al cual en la actualidad le crecen algunas orquídeas
como la ophrys speculum y la orchis conica. Este habitáculo está
incrustado entre algunas rocas que le sirven de apoyo a la pared que da al
poniente.
Interiores de la cueva del bandolero.
Está enclavada
en una zona alta desde donde podía controlar un amplio espacio para vigilar las
tropas que le perseguían. En la actualidad la vegetación que le rodea es el
matorral típico mediterráneo y un olivar abandonado.
Utilizaba este
recinto como última estación para pasar a Portugal y vender los caballos que
robaba a los ricos.
Para visitar
la casa de Diego Corriente; lógicamente, hay que seguir la carretera que sale
desde Olivenza en dirección a San Jorge de Alor. Tomando como referencia el
cruce con aquella localidad, a los 2,23 km deberemos coger el camino que sale a
mano derecha (antiguamente conocido como carretera de la sierra) Poniendo
nuestro cuentakilómetros a cero, recorreremos 3,07 km de esta vía,
momento en el que lo abandonaremos por otro a la izquierda que en poco más de 375 metros nos llevará
hasta la guarida de este bandolero.
Pozo del caño.
En
la leyenda de Diego Corrientes Mateos encontramos otro lugar de importancia,
este es el cortijo del Pozo del Caño, aquí cuenta la leyenda que: sin la
complicidad y la simpatía de los lugareños que hasta entonces le habían
protegido y apoyado en nuestro país, el “bandolero generoso” no tardaría mucho
en ser localizado en las proximidades del Pozo del Caño, en San Jorge de Alor.
Este rincón se encuentra a dos kilómetros de esta aldea en el margen de la
carretera. Destacamos su chimenea de forma cilíndrica y su pilar que servía de
abrevadero para los animales de tiro, el agua que lo alimenta proviene de una
fuente que se encuentra a escasos 150 metros; es un manantial del que emana con
gran profusión este líquido elemento, incluso en los meses más secos del estío.
La
característica de rayano que tiene nuestro municipio juega un papel importante
con el vecino país, lugar de destino de los equinos que robaba este famoso
bandolero. Nuestras tierras era el lugar de descanso para pasar a Portugal, en
concreto a una dehesa desde donde vendía los caballos, de hecho hay varios
caminos que unían Olivenza con Portugal, ya sea directamente desde Olivenza o
pasando por San Benito, Villarreal o incluso Alconchel y Cheles.
En cuanto a la
vida de Diego Corrientes, “de dos varas de cuerpo, blanco, rubio, ojos pardos,
grandes patillas de pelo, algo picado de viruelas y una señal de corte en el
lado derecho de la nariz”, sabemos que se trata del bandolero más célebre del siglo XVIII. Nació el 20 de
agosto de 1757 en la localidad sevillana de Utrera. Era jornalero del campo y,
por injusticias sufridas, comenzó sus correrías allá por el año 1778, siendo su
zona de actividad las provincias de
Sevilla y Badajoz. La clave de su éxito se basó en su habilidad para burlar a
sus perseguidores y en que se ganaba la simpatía de aquellos que vivían en los
cortijos situados en las zonas en las que tenía previsto actuar.
Murió en la horca en 1781. Su leyenda queda plenamente
reflejada en las muchas coplas que le brindaron, como ejemplo ésta, sacada del
drama de Gutiérrez de Alba, que dice: “Yo soy aquel que a nadie temía. Aquel
que en Andalucía por los caminos andaba. El que a los ricos robaba y a los
pobres socorría”.Pd:Esta imagen es una doble exposición (evidentemente) He querido acompañar con imagenes nocturnas esta entrada por que concuerda algo más con la idea de la vida de un bandolero.
Qué pena que ahora los bandoleros nada tengan ya de romántico. Abrazos.
ResponderEliminarQuien ha dicho eso, ausia yo le demuestro lo contrario usted búsqueme y le respondo que toda vía quedamos alguno.
EliminarDiego León Cisneros
Eliminarhttp://www.ondacero.es/programas/la-brujula/audios-podcast/punta-norte/punta-norte-el-bandolero-espanol-que-robaba-a-los-ricos-para-los-pobres_2017033058dd63410cf2abec9dff9de8.html
ResponderEliminarSe menciona que fue detenido en Portugal, y algo me hizo pensar que podía ser Olivenza, en aquella fecha Portugal. E investigando he llegado a tu blog. He pensado que este archivo de podía relacionar a tu entrada. Supongo que tienes la tremenda suerte de poder asociar todos estos lugares a los recuerdos de tu infancia. Saludos, Ricardo.
con permiso comparto y pongo enlace a este link
ResponderEliminarRefugio del bandolero Diego Corrientes - Badajoz (Badajoz)
http://www.lacolmenacultural.com/celdas/56527