Puente que une Olivenza-Badajoz.
Deambularemos
por una ruta de 30
kilómetros, que se caracteriza por presentar una
diversidad de entornos: dehesas, paisajes de rivera y espacios pseudoesteparios;
que a la vez, alternan con zonas agrarias tanto de secano como de regadío; es
por lo tanto, un recorrido con una gran variedad de ecosistemas. Esta
importante característica nos permitirá disfrutar del itinerario en el que el
placer del deporte se conjuga con la biodiversidad que habita en el medio
ambiente.
En
lo referente al patrimonio rural descubriremos los característicos cortijos
extremeños, huertas presididas por sus típicas entradas, granjas familiares, canteras
y hornos de cal.
Es
un trayecto que presenta grandes cambios de nivel en el que se hace muy exigente
la conducción de la bici, si optamos por este modo de realizarlo.
Empezaremos desde el aparcamiento
del campo de fútbol municipal de Olivenza, desde aquí tras un kilómetro por la carretera
de Badajoz y a la altura del polígono industrial de Ramapalla, tomaremos el
esperado y deseado camino de tierra donde nuestra bicicleta se encuentra en su
estado natural. A poca distancia, vamos a cruzar el arroyo de la Parda, así llamado porque según
cuenta la leyenda por allí campeaba una loba de ese color.
Empezamos un ascenso de nivel
moderado, pasando en torno a un cortijo que nos despide hasta alcanzar la cota
de 260 metros;
una vez aquí, comenzaremos el descenso que nos transportará hasta San Rafael. Durante
este tramo, circularemos paralelos al arroyo de san Andrés; dándose la paradoja
de que compartiremos, en un centenar de metros, parte de su cauce.
Una vez llegada a esta localidad y
tras realizarle una visita, retornaremos a nuestro recorrido; que ahora, se
hará compañero del canal de aguas procedente del pantano de Piedra Aguda y que
sirve para abastecer a los terrenos destinados al regadío que pertenecen a
estos pueblos del Plan Badajoz.
Continuando con este trayecto, pasaremos alrededor del cortijo Pel Preta, y a
poca distancia de él, cruzaremos el arroyo que recibe este mismo nombre pero con
terminología en castellano, Piel Preta.
Alcanzamos
un momento peligroso; ya que, deberemos atravesar la EX-107 que presenta una
gran densidad de vehículos; tras rebasarla, retomaremos la tierra.
Llegamos al kilómetro octavo donde
es aconsejable, por su belleza, ir en dirección a la rivera de Olivenza. Abandonamos
el canal de aguas y tras llegar a una báscula de pesaje y salvar la vía que va
a San Francisco, nos dirigiremos al puente de la antigua pista
Badajoz-Olivenza, construido en 1841 y que dispone de 7 ojos. No lo cruzaremos,
ya que ahora toca disfrutar durante 4 kilómetros de este
corredor fluvial que nos llevará hasta San Francisco; sus márgenes, de gran
riqueza floral, albergan una variada ornitología; además, en otoño los tonos
ocres adornan aún más este tramo.
Sobrepasaremos
el kilómetro 12 donde se encuentra la cota más baja de este itinerario. En este
punto y a nuestra izquierda, alejándonos de la cuenca fluvial, sale un sendero que
nos llevará hacia la pedanía de San Francisco; aquí tras la visita a esta aldea,
volveremos a la ronda Badajoz, que nos llevará de nuevo a nuestro camino; estamos
ya a 14 kilómetros
de nuestro punto de inicio. En esta distancia nos encontramos con una
bifurcación, deberemos tomar la de la derecha, donde se nos abre una fuerte
inclinación del terreno donde el generoso esfuerzo nos permitirá superarla.
Siguiendo con nuestras pedaladas, pasaremos bordeando dos cortijos.
Restos de la ermita visigoda.
Es importante destacar que cerca de este punto
kilométrico, a unos doscientos metros, encontramos los restos de una ermita
visigoda datada en la Alta
Edad Media, emplazada en la finca denominada Valdecevadal. La
iglesia muestra planta de cruz griega, de escasas dimensiones, cuyos brazos
tienen una longitud de 18
metros, de muros hechos con enormes piedras. Presenta un
ábside en forma de herradura. Este se separa del resto de la nave con un
escalón y, a sus lados, soportando el arco, se especula que se alzaban
columnas. Esta construcción de Valdecevadal posee una única puerta de acceso en
el extremo Sur del crucero, rasgo atípico en una iglesia por otra calificada
como visigoda.
Atardecer entre los restos visigodos.
Esta
zona está claramente dominada por la agricultura de secano, donde campean el
elanio azul, el aguilucho cenizo y el cernícalo primilla, presentes aquí para otear
el suelo y hacer presa a roedores e insectos; siempre tan nocivos para los
cereales allí cultivados.
Nuestra
senda nos lleva a una zona adehesada, equilibradamente explotada por ganado
vacuno. Alcanzamos los 268
metros de desnivel con respecto al mar, es el punto más
alto de nuestra ruta; que nos reserva, camuflados por el devenir de la
historia, los restos de una cantera y hornos de cal, ya en desuso.
Tras el esfuerzo, la relajación;
empezamos una pronunciada bajada con la presencia en el horizonte de la población
de Olivenza.
Sobre un puente, cruzaremos el
arroyo de la Charca;
donde, los fresnos y chopos plantados por el grupo ecologista GEO rosa de
Alejandría adornan el cauce y dan cobijo a una gran variedad de especies como
martines pescadores, oropéndolas, picos picapinos...
Continuando con el sendero, nos
encaminamos hacia la carretera EX-105 que nos guiará hacia nuestro punto de
destino; el aparcamiento del campo de fútbol.
Hemos
recorrido 30 km.
Camino ideal para paseos en otoño.
Preciosa ruta Quini, a ver si algún día puedo hacer algún tramo. UN saludo!
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